Los inversores continúan invirtiendo en metales preciosos físicos como parte de su estrategia de diversificación, en conformidad con el rol histórico —aún vigente— de los metales preciosos como refugio seguro de capitales en tiempos de agitación geopolítica y económica.
“Los casos de COVID-19 continúan en ascenso, en especial en los Estados Unidos, donde se estima que aproximadamente uno de cada 150 estadounidenses puede estar infectado con el coronavirus.”
En China, el virus repuntó en un mercado local de Pekín y, supuestamente, el salmón importado que allí se vende es el foco del virus, lo que despertó preocupación sobre la posibilidad de que los alimentos sean vectores del Coronavirus.
Los bancos centrales siguen inyectando dinero fiduciario sin soporte en sus respectivos sistemas financieros, para combatir la devastación económica que causó la pandemia del coronavirus.
Conforme los estados reanudan la provisión normal de bienes y servicios, los funcionarios de la salud observan con inquietud las estadísticas para determinar si una segunda ola de infección de COVID-19 podría estar en ciernes.
A medida que los países de todo el mundo siguen tomando medidas para reanudar las actividades económicas, los gobiernos inician el largo proceso de recuperación económica.
La COVID-19 y los titulares sobre la batalla en su contra siguen el principal obstáculo de todos los mercados. Se espera que la volatilidad permanezca a niveles extremos, conforme la incertidumbre en torno a la rapidez de la propagación del virus hace incierta la eficacia de los tratamientos de la enfermedad.
COVID-19 es aún el principal «viento en contra» que afecta todos los mercados. La volatilidad se mantiene a niveles extremos. Titulares relacionados con el «achatamiento de la curva» y posibles tratamientos en desarrollo para mitigar los efectos del virus, llevan momentáneamente los mercados al alza.
La volatilidad del mercado se mantiene a niveles extremos mientras los científicos se esfuerzan por encontrar protocolos de tratamiento y vacunas contra la COVID-19, cuya propagación ha hecho que la economía, conectada a nivel mundial, se detenga repentinamente.
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